viernes, 1 de abril de 2011

"Discapacidad" o "diversidad funcional"? En busca de las palabras.

     Unas personas tenemos dos piernas; otras, ninguna. Unas personas vemos con los ojos; otras, con todos los sentidos. Se han eliminado palabras tales como “inútiles”, “minusválidos” y “discapacitados” para referirse a las personas que tienen un cuerpo y unas capacidades que se perciben como muy diferentes a las erigidas como norma, como ejemplo, como patrón por el cual todos los seres humanos se han de medir. Todas esas palabras desafortunadas se han cambiado por la más políticamente correcta de “persona con discapacidad”. Con esto, se pretende dejar de reducir a la persona a su supuesta “discapacidad” o “deficiencia”, para señalar que, ante todo, es una persona y que, entre sus múltiples características, se encuentra el tener  “alguna discapacidad”. Para las personas que así se expresan, la discapacidad no es necesariamente entendida como una carencia que tenga la persona, sino más bien como un defecto en la forma que tiene la sociedad de responder ante la diferencia. Así, el problema no es que una persona tenga unas piernas que no le sirven para caminar o que sus ojos no le sirvan para ver; el problema consiste en que nosotros, la mayoría, hemos construido una cultura pensada única y exclusivamente para satisfacer nuestras necesidades de personas con dos piernas que pueden andar y dos ojos que pueden ver. Por tanto, nosotros creamos la discapacidad.

     Pese a que el término “persona con discapacidad” es mucho más adecuado que los mencionados al principio, especialmente si consideramos la discapacidad como algo que emana de la organización social, a mí no termina de convencerme.  Por mucho que se considere que la discapacidad no brota del cuerpo de la persona, sin una explicación al respecto, esto no queda claro en la fórmula. Empleando el término “persona con discapacidad”, a lo sumo, queda claro que la discapacidad es sólo una de las notas de la persona, la que en ese momento interesa señalar para hacer alguna reivindicación o incluirla en un grupo, ya sea para crear un sujeto político que luche por sus derechos o para atender algunas de sus necesidades específicas.  A mí no me gusta emplear ningún término que lleve a pensar que la discapacidad es un problema individual, una cosa que concierne sólo a la persona afectada, o que no aclare suficientemente que se trata de un problema social que nos implica a todas y a todos. Algunas personas prefieren hablar de “capacidades diversas” o “diversidad funcional”; otras, por ejemplo, una asociación de mujeres en Cataluña, empiezan a usar el calificativo de “no estándar”.  Ambos términos me parece más descriptivos del hecho de que estas personas, simple y sencillamente, se distancian más de la norma establecida que la mayoría de las personas. Pero, el término en sí, ¿no resta peso a la opresión que las personas no estándar sufren a causa de su diferencia?, ¿en qué palabra de la expresión se indica que su diferencia es valorada negativamente por la cultura dominante, por la cultura de los estándar?.

     Es una cuestión complicada, y el lenguaje no es algo baladí porque, es justo a través del lenguaje que creamos nuestro mundo humano y establecemos el valor de las cosas, de las personas, de los diferentes colectivos… Creo, por tanto, que es necesario encontrar una fórmula adecuada para hablar de los colectivos excluidos. En el caso de las personas “con discapacidad”, es preciso encontrar una fórmula que exprese tanto su diferencia como la opresión que sufren.  La cuestión quizás avanzaría si, a diferencia de lo que observo que ocurre, en las luchas por un mundo mejor no hubiese una terrible escisión e incluso enfrentamiento (disfrazado de prejuicios) entre las personas que, desde sus despachos en las universidades, crean las teorías y clarifican los términos; las personas que, desde sus oficinas en organismos oficiales y reconocidos – y por tanto, con las manos atadas en algunos aspectos - combaten la exclusión de diversas maneras y siempre en contacto con las personas afectadas y, por último, las personas activistas, libres, que,  lejos del poder, intentan remover la conciencia dormida de la sociedad, muchas veces sólo dotadas de sus buenas intenciones.  Necesitamos teorías adecuadas porque, dependiendo de como veamos el mundo, decidiremos hacer esto o lo otro; necesitamos los recursos, el profesionalismo, la experiencia y el contacto directo con la realidad de las personas afectadas,  pero también, necesitamos el entusiasmo y la libertad de actuar sin los condicionamientos establecidos por el poder que ata desde arriba.  Muy especialmente, NO DEBEN, NO PUEDEN FALTAR, LAS ASOCIACIONES FORMADAS POR LAS PERSONAS AFECTADAS y su participación en los tres ámbitos antes mencionados.

     Si alguien sabe como se puede conjugar todo esto, que no lo calle. Las ideas son tesoros; hay que compartirlas para que no queden enterradas. Sólo así se pueden convertir en acciones.

                                                                                      Irene Paz

Cosas para leer:

Sobre el concepto de “diversidad funcional”. MUY INTERESANTE: http://fvi.iespana.es/textos/diversidad_funcional.pdf

Foro de Vida Independiente y Divertad. Enfoque que hay que conocer: http://www.forovidaindependiente.org/

Asociación de Dones no Estándar. http://www.donesnoestandards.cat/esp/index_cas.htm

Vista rápida sobre la “discapacidad” en la Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Discapacidad

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4 comentarios:

  1. Soy sorda y me repatea que me consideren persona con discapacidad. Simplemente soy sorda. ¿Es tan difícil de entender y de decir?

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  2. Yo lo entiendo. Por eso estoy diciendo que el lenguaje es importantísimo e intentando mover a la gente a reflexionar. Planteo los pros y los contras de distintas formas de hablar. "Discapacidad" es lo que están planteando los organismos oficiales, por eso lo incluí en la reflexión, sin decantarme por ello; es lo que ahora mismo pasa por "políticamente correcto". Creo que claramente me expresé mi preferencia por "diversidad funcional", aunque también le veo problemas. Pérdona si te sentiste ofendida.

    Por otro lado, la sociedad ha discriminado constantemente a las personas que son sordas, o van en silla de ruedas, o tienen alguna otra característica física que las hace diferentes a la media, al patrón que, SE NOS DICE, es el óptimo. A veces, es conveniente agrupar a las personas discriminadas bajo un rótulo para hacer reivindicaciones políticas, crear un sujeto colectivo que tenga fuerza suficiente para lograr cosas que individualmente no se pueden conseguir. Si te fijas, mi objetivo al escribir esto era indagar sobre ese rótulo, ya que "persona con discapacidad" no me convence. Tienes tú alguna sugerencia?

    Gracias por tu colaboración. Sin duda, la opinión de las personas más vinculadas a un tema es siempre imprescndible.

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  3. Bueno, yo por mi experiencia personal (soy asistenta personal de personas con diferentes discapacidades) he llegado a la conclusión (simple, pero que parece que a veces cuesta hacer entender...) que no existen personas discapacitadas, sino situaciones discapacitantes.

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  4. Totalmente de acuerdo, Noemí. O todas las personas tenemos discapacidad (nadie puede hacerlo todo) o nadie la tiene. Me parece un término que habría que erradicar ya de todo discurso.

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