domingo, 28 de abril de 2013

¿Discursos feministas homófobos?

En una ocasión, a Ro Ba, la Gorila Vengadora, le pidieron que redactara en un párrafo su opinión acerca de ciertos discursos elaborados dentro del Feminismo Islámico a los que subyace una homofobia "enmascarada". El calificativo "enmascarada" no es el que usaría la Gorila Vengadora, sino el utilizado por quien hizo la petición; la Gorila  más bien diría: homofobia manifiesta, aunque negada. La Gorila Vengadora redactó  más de un párrafo (lo suyo no es la síntesis). Su opinión finalmente fue resumida en dos líneas por la persona que gestionaba la información (no había espacio para más). Como quedó fuera casi todo, vamos a publicar aquí el texto completo:


En el feminismo en el que me muevo se da por hecho que la homofobia es algo rechazable y que  las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son tan legítimas como las heterosexuales. Es verdad que el feminismo dominante no presta suficiente atención a los problemas de las lesbianas. Esto se refleja, por ejemplo, en el hecho de que es muchísimo más frecuente que se realicen manifestaciones u otros tipos de activismo a favor de la interrupción voluntaria del embarazo (problema que afecta mayoritariamente a las heterosexuales), que encontrar actos que tengan por fin exigir las medidas necesarias para que las lesbianas puedan ejercer el derecho a la maternidad. Sin embargo, de esta actitud al rechazo de la homosexualidad hay un abismo de diferencia.

Por eso me sorprendió muchísimo encontrar homofobia en el feminismo islámico.  “Homofobia” y “feminismo”, desde mi punto de vista, son conceptos mutuamente excluyentes. La homofobia que he encontrado en algunos discursos elaborados dentro del feminismo islámico adopta dos formas. En primer lugar, están aquellas feministas islámicas que, después de dejar bien claro que no están a favor de la persecución de las personas homosexuales, por no haber nada en el Corán ni en la Suna que avale ese comportamiento, dicen explícitamente que, no obstante, las prácticas homosexuales están claramente prohibidas en el Corán y que, por tanto, no son recomendables. Esta postura la defiende, por ejemplo, Yaratullah Monturiol en su libro Islam y Derechos Humanos.

Otras feministas islámicas no llegan a decir que la homosexualidad no sea recomendable, pero ante la pregunta de si las relaciones entre personas del mismo sexo son legítimas o no, guardan silencio y argumentan que en el Islam no está permitido hacer valoraciones sobre las cosas que ocurren en la vida íntima de las personas, que hacerlo sólo le corresponde a Allâh. Esta segunda opinión la he leído fundamentalmente en las redes sociales. Dado que no tengo noticia de que las personas que defienden estos puntos de vista hayan publicado algo al respecto, no voy a decir sus nombres, pero entre ellos hay alguno bastante reconocido.

Tanto las que defienden  la primera opinión, como la segunda, alegan no ser homófobas. Estas personas reducen la homofobia a la persecución de las personas homosexuales. A mí esto también me causa gran sorpresa viniendo de feministas. Las teorías feministas se caracterizan por hacer un análisis profundo de la opresión. Una feminista no considera que el machismo se reduzca a los golpes que le da un hombre a una mujer o a la arbitraria discriminación laboral que sufren las mujeres. Los análisis feministas nos advierten que esas manifestaciones de violencia y de exclusión son tan sólo la punta del iceberg;  nos enseñan que esas cosas ocurren justamente porque hay todo un aparato ideológico que minusvalora e invisibiliza a las mujeres y a lo femenino. Las cosas que ocurren en el plano simbólico afectan a la vida de las mujeres de carne y hueso. Las ideas que se tengan sobre las mujeres (sobre su valor, sobre sus capacidades) afectan a las mujeres de carne y hueso. Este esquema funciona también con la homofobia. Las ideas que se tengan acerca de las personas homosexuales y de las prácticas homosexuales, repercuten en la vida de las personas homosexuales. Decir que las relaciones homosexuales no son recomendables, decir que no son legítimas y considerar que no son tan buenas como las heterosexuales, es el campo de cultivo para las agresiones físicas, para la persecución y la discriminación de las personas homosexuales a nivel legal y no legal.  Es, ni más ni menos, que el discurso en el que se sustentan y constituye ya, en sí mismo, una violencia.

Sin entrar a valorar el modo que tiene el Islam de regular las relaciones sexuales, hay que destacar que las personas musulmanas conceden gran importancia al matrimonio, al punto de que afirman que éste constituye la mitad del Din. Es de suponer, por tanto, que una persona musulmana homosexual, por ser homosexual, no va a dejar de darle gran valor a ese tipo de unión amorosa y deseará también realizar la mitad de su Din. Afirmar que algo que es tan preciado dentro del colectivo es sólo moralmente aceptable si se da entre heterosexuales, o no atreverse a decir que es igual de aceptable si  ocurre entre personas homosexuales, ¿no es discriminatorio, no es esto homofóbico, aunque se exija que las personas musulmanas homosexuales no sean perseguidas?. ¿Está esto en línea con las palabras que el Hadiz atribuye a Muhammad, según las cuales, se ha de desear a las demás personas lo que se quiere para un@ mism@?. 


Afortunadamente rechazar estas ideas no implica rechazar en bloque el feminismo islámico, ya que, tal y como ha demostrado Abdenur Prado en El islam anterior al Islam, el Corán y los Hadices admiten interpretaciones no homófobas. Estas interpretaciones demuestran que la homofobia no es inherente al Islam y que, por tanto, el diálogo con el feminismo islámico es no sólo una posibilidad, sino algo obligado en la agenda.

Ro Ba, la Gorila Vengadora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario